jueves, 30 de agosto de 2012


TRES CERDITOS (Versión original)

Había una vez tres cerditos que eran hermanos, y se fueron por el mundo a buscar fortuna. A los tres cerditos les gustaba la música y cada uno de ellos tocaba un instrumento. El más pequeño tocaba la flauta, el mediano el violín y el mayor tocaba el piano.
A los otros dos les pareció una buena idea, y se pusieran manos a la obra, cada uno construyendo su casita.
- La mía será de paja - dijo el más pequeño-, la paja es blanda y se puede sujetar con facilidad. Terminaré muy pronto y podré ir a jugar.
El hermano mediano decidió que su casa sería de madera:
- Puedo encontrar un montón de madera por los alrededores, - explicó a sus hermanos, - Construiré mi casa en un santiamén con todos estos troncos y me iré también a jugar.
El mayor decidió construir su casa con ladrillos.
- Aunque me cueste mucho esfuerzo, será muy fuerte y resistente, y dentro estaré a salvo del lobo. Le pondré una chimenea para asar las bellotas y hacer caldo de zanahorias.
Cuando las tres casitas estuvieron terminadas, los cerditos cantaban y bailaban en la puerta, felices por haber acabado con el problema. De detrás de un árbol grande surgió el lobo, rugiendo de hambre y gritando:
- Cerditos, ¡os voy a comer!
Cada uno se escondió en su casa, pensando que estaban a salvo, pero el Lobo Feroz se encaminó a la casita de paja del hermano pequeño y en la puerta aulló:
- ¡Soplaré y soplaré y la casita derribaré!
Y sopló con todas sus fuerzas: sopló y sopló y la casita de paja se vino abajo. El cerdito pequeño corrió lo más rápido que pudo y entró en la casa de madera del hermano mediano.
De nuevo el Lobo, más enfurecido que antes al sentirse engañado, se colocó delante de la puerta y comenzó a soplar y soplar gruñendo:
- ¡Soplaré y soplaré y la casita derribaré!
La madera crujió, y las paredes cayeron y los dos cerditos corrieron a refugiarse en la casa de ladrillo del mayor.El lobo estaba realmente enfadado y hambriento, y ahora deseaba comerse a los Tres Cerditos más que nunca, y frente a la puerta bramó:
- ¡Soplaré y soplaré y la puerta derribaré! Y se puso a soplar tan fuerte como el viento de invierno
Sopló y sopló, pero la casita de ladrillos era muy resistente y no conseguía su propósito. Decidió trepar por la pared y entrar por la chimenea. Se deslizó hacia abajo... Y cayó en el caldero donde el cerdito mayor estaba hirviendo sopa de nabos. Escaldado y con el estómago vacío salió huyendo hacia el lago
Los cerditos no le volvieron a ver. El mayor de ellos regañó a los otros dos por haber sido tan perezosos y poner en peligro sus propias vidas.
FIN

TRES CERDITOS (Versión  contraria)
Había una vez tres cerditos que eran hermanos muy gruñones, y se fueron por el mundo a buscar su tranquilidad. A los tres cerditos les gustaba mucho leer y cada uno de ellos coleccionaba cuentos. El más pequeño le gustaba las historias de casería, el mediano  de acción y el mayor de terror... 
Hasta que un día decidieron construir sus propias casitas de acuerdo a sus gustos.
- La mía será de cartón - dijo el mayor-, el cartón es liviano y se puede cargar con facilidad para no cansarme. Terminaré muy pronto y podré ir a leer.
El hermano mediano decidió que su casa sería de telas:
- Puedo encontrar un montón de tela utilizando todas mis sabanas, - explicó a sus hermanos, - Construiré mi casa tan rápido que me sobrara el tiempo para leer. El más pequeño  decidió construir su casa con algo de rocas.
- Aunque me cueste mucho esfuerzo el barro, mi casa será la más fuerte, y dentro estaré  tranquilo sin ustedes.
Cuando las tres casitas estuvieron terminadas, no se escuchaba ningún ruido ya que los chanchitos disfrutan de sus lecturas por haber acabado con el problema. Detrás de un árbol grande surgió el lobo, queriendo visitar a sus vecinos.
El lobo muy amable decide ir a la primera casita de cartón:
-      Mi querido amigo le hago saber que me siento muy contento de su llegada a este lugar, pero le recomiendo trabajar más en su casita, ya que por estas épocas suele cambiar el clima y muchas veces llega a llover.
El chanchito mayor muy enojado decide no hacerle caso y cerrarle la puerta por miedo.
Al ver que el primer chanchito no le hizo caso, el lobo se dirigió a la segunda casita:

-     
Muy buenos días, espero que usted sea más amable que su hermano, he venido hasta aquí a advertirle que lloverá en estos días y le recomiendo cambiar de lugar o proteger mejor su casa.
El segundo chanchito al malinterpretar la intención del lobo lo boto de su casa.
Finalmente el lobo se dirigió a la tercera casa construida de barro:
-      Espero no causar molestia pero tengo que decirle que en los próximos días serán épocas de lluvia y vientos fuertes. Así que será mejor que fortalezca su hogar ya que cartón, la tela ni el barro soportaran el clima.
El tercer cerdito que era el más gruñón, pensó que era una trampa del lobo e inmediatamente saco su escopeta para alejarlo.
Los días pasaron y los cerditos en un día muy soleado se burlaban de lo que les había dicho el lobo, hasta que se anocheció y empezó una fuerte tormenta.
Y fue en unos minutos que se cumplió todo lo que les había advertido el lobo generoso.
Cuando los tres cerditos se quedaron tristes y desorientados en el bosque, apareció el lobo con cobijas y alimento e invitándoles a su casa.
Finalmente el lobo generoso, trabajo con ellos y consiguieron construir una casa grande y fuerte para los tres.
FIN.

 Tres cerditos (nueva versión)
Erase una vez tres cerditos que vivían muy felices en una granja y se pasaban todo el día jugando, revolcándose en el barro y gastando bromas a los demás animales de la granja. Todos estaban hartos de sus bromas  y el gallo les repetía muchas veces:
-Ya vas a ver cuando llegue San Fernando, entonces no te reirás tanto.
Pero los cerditos no le daban ninguna importancia y seguían con sus juegos. Meses más tarde, llegó a la granja un camión con un anuncio que decía  “Fernando Lobo, transporte de animales” y pensaron que los iban a llevar de excursión y subieron sin miedo al camión. Pero allí, una vaca les contó que el conductor se llamaba Fernando Lobo y el lobo es el terror de las vacas y los cerdos y se acordaron de las palabras del gallo, que un día llegaría alguien llamado Fernando.
Entonces les entró un miedo espantoso y se abrazaron los tres, temiendo que no iban a salir de ésta.
El camión pasó por el pueblo y vieron en un anuncio de un restaurante: Cochinillo Asado. Entonces  comprendieron cuál iba a ser su final y al bajarlos de camión se escaparon, echaron a correr y cada uno se escondió en un lugar diferente.
El primer chanchito  se escondió en una tienda de campaña donde vendían sombreros de paja. El segundo chanchito se escondió en una caseta de madera que habían hecho  para una peña. Y el tercer chanchito, que era el más listo, se metió en el almacén público de cemento.
El conductor Fernando Lobo, se puso a buscarlos y encontró al primer cerdito derribando la tienda de un manotazo, pero como el cerdito que era muy hábil, se escapó y fue corriendo a la caseta donde estaba el segundo cerdito. Allí los dos se abrazaron llorando, llegó Fernando Lobo y de una patada tiró la puerta de madera y se escaparon gruñendo. El tercer chanchito les oyó y les llamó para meterse en su almacén, que tenía por escondite.
Al poco rato, cansado de buscar a los cerditos, Fernando Lobo puso en marcha el camión sin ellos. Los chanchitos se abrazaron muy contentos porque vieron  el otro camión que regresaba a la granja y pensaron que les llevaría otra vez al campo donde eran  tan felices.
FIN
 INTEGRANTES:
Taboada Ortega Ana Rosa.
Vallejos Benites Lucy.