La complejidad de los medios de comunicación y su papel en la sociedad.
RESUMEN:
Este
texto centra la atención en el análisis de la complejidad ,rol y de la
identidad en relación con la comunicación . Más concretamente, en los medios de
comunicación de masas y cómo se emplea el lenguaje en ellos. El planteamiento,
por lo tanto, es discernir hasta qué punto el diálogo intercultural en el
espacio social .
PALABRAS CLAVES:
Medios, complejidad, sociedad, libertad de expresión, derechos humanos,poder.
Medios de comunicación y su papel en
la sociedad.
Las
reflexiones sobre los medios de comunicación se centran tradicionalmente en la
capacidad de las instituciones mediáticas y de las tecnologías de comunicación
de desempeñar un papel en la democratización de las sociedades, en la creación
de una esfera pública a través de la cual las personas pudieran participar en
asuntos cívicos, en el realce de la identidad nacional y cultural, en la
promoción de la expresión y el diálogo creativos. En casi todos los contextos
nacionales, se considera necesaria cierta forma de intervención -o regulación-
gubernamental que permita a los medios de comunicación desempeñar uno u otro de
los roles antes mencionados. Tan pronto como la producción y distribución de
los medios requiera un mayor grado de organización y de recursos que los que
pueden proporcionar artistas o creadores individuales que trabajan en grupos
relativamente pequeños -es decir, tan pronto como los medios de comunicación se
industrialicen- normalmente el estado asume cierta forma de organización
estructural, ya sea directamente o a través de una autoridad a distancia. Esto
se puede hacer de varias maneras. Como si se tratara de el modelo de mercado
libre, el estado crea un ambiente en el cual las corporaciones de los medios de
comunicación gozan de plena libertad para operar comercialmente; el acceso al
mercado en algunos sectores tales como la difusión sigue estando controlado
fundamentalmente mediante la concesión de frecuencias de transmisión, mientras
que el área de la prensa escrita queda abierta a cualquier persona que disponga
de los recursos para poseer y operar un medio de comunicación. En el modelo
autoritario, los medios de comunicación se consideran una extensión de la
autoridad estatal. El modelo de servicio público pone énfasis en la creación de
servicios de radio y televisión al servicio público, en el financiamiento de
unos medios de comunicación no lucrativos basados en la comunidad y en varias
restricciones sobre la propiedad de los medios de comunicación comerciales
(limitando la cantidad de puntos de distribución que una firma particular
podría controlar o prohibiendo que los propietarios de dichos medios de
comunicación sean extranjeros). En realidad, en muchas sociedades, si no en la
mayoría, los medios de comunicación funcionan según un modelo mixto basado en
una combinación de dos o más de los antes mencionados. En la mayoría de los
casos existe una instancia reguladora que dicta y controla las reglas de
funcionamiento a nivel nacional.
En
la actualidad, todo el mundo reconoce que la lógica del mercado es la que
predomina y la que impone sus valores y sus condicionamientos sobre los modos
de producción y de distribución, lo que acarrea consecuencias mayores sobre los
contenidos y la naturaleza misma de la información. Ahora bien, aquí aparecen
nuevos desafíos mucho más complejos relacionados con la concentración de medios
de comunicación, la uniformización y la pobreza de los contenidos, el
desequilibrio de los flujos de información y la falta de diversidad cultural,
el papel regulador de los Estados en los planes nacionales e internacionales, y
la necesaria redefinición de un servicio público en términos de información.
Además
de esto, la reciente revolución digital viene a cuestionar a los medios de
comunicación respecto a su propia definición y redefine su papel en términos
completamente inéditos colocándolos en una “sociedad de la información” que se
esfuerza por delimitar.
La
relación entre los medios de comunicación y la sociedad de la información
plantea efectivamente un desafío aparentemente paradójico. Por un lado, los
medios de comunicación de masa (prensa, radio, televisión) viven un proceso de
concentración de la propiedad y de integración horizontal y vertical de sonido,
audio e imagen gracias al advenimiento del soporte numérico. Por otro lado,
Internet y el soporte digital en general individualizan y democratizan el
acceso a la comunicación y a la interacción, permitiendo el desarrollo inédito
de nuevos medios alternativos o cooperativos que afectan al mismo tiempo a los
medios masivos tradicionales.
Medios Complejos
La propiedad de la mayoría de los medios de comunicación está
concentrada en unos pocos grandes grupos empresariales.
La forma de pensar de los periódicos (también de las radios y de
las televisiones) y de muchos periodistas ha pasado de considerar al receptor
como lector (oyente o telespectador) a considerarlo como un consumidor. Y eso
homogeneiza. Por ello insisto en que siguen siendo medios de masas, que sí
pertenecen a industrias culturales. Porque frente a la comunicación
multidireccional de otros medios, como por ejemplo Internet, para la prensa, la
radio y la televisión el receptor es un consumidor de información en un esquema
comunicativo que, en apariencia, dispone de numerosos emisores y numerosos receptores,
pero que, en realidad, el número de emisores es bien reducido, debido a la citada
concentración de los medios de producción en el sector de la comunicación.
Pero, además, el receptor es consumidor, no de una información abierta a la
opinión pública, sino de una información que llega ya empaquetada. La
estructura, formación y forma de trabajo en la prensa impiden que los
periodistas sean capaces de entender la complejidad.
La razón es que las técnicas discursivas que utilizamos los periodistas
no son las adecuadas para reflejar una realidad más compleja que la que
intentamos describir. Dicho de otra manera, si la función del periodista es
explicar de manera sencilla la realidad, siendo ésta una realidad compleja,
cabe preguntarse hasta qué punto el afán de sencillez del lenguaje periodístico
ayuda o es contraproducente al entendimiento de esa complejidad. Esta relación
entre sencillez explicativa y complejidad explicada podemos observarla tanto en
el fondo (conceptos) como en la forma del discurso periodístico.
En el fondo, porque son estos medios de comunicación, y no otros,
los que establecen la agenda de lo que va a conocer y no va a conocer la
opinión pública. Lo que no es noticia no es conocido por la opinión pública. Es
la agenda de los medios lo que impone, aún hoy, de qué vamos a hablar y de qué
no. Y este establecimiento de la agenda supone ya un importante sesgo para la
interpretación de la realidad que pueden desarrollar los lectores/consumidores.
Un claro ejemplo lo vemos con el fútbol, donde millones de personas en todo el
mundo están viendo al mismo tiempo un mismo partido de fútbol y diversos medios
de comunicación están informando al mismo tiempo de ese mismo partido de
fútbol, lo que provoca que millones de personas en todo el mundo hablen sobre
todo de ese partido de fútbol y no de otros temas.
En la forma, porque el lenguaje periodístico se ha simplificado de
tal manera que propaga los esquemas dicotómicos y las interpretaciones basadas
en estereotipos como mecanismos de interpretación. Más allá de la existencia de
estereotipos buenos, malos o neutros, la cuestión es si su uso es suficiente o
insuficiente para entender y explicar la realidad de nuestras sociedades y
promover sentimientos identitarios acordes a esa complejidad. Y algo similar se
puede plantear con los prejuicios culturales. Lo que, en resumen, planteo es
que, en el estudio de la identidad y de la complejidad y movilidad, se tenga en
cuenta que los medios de comunicación son uno de los principales medios de
socialización, para saber si los esquemas estáticos, estereotipados y
dicotómicos del lenguaje periodístico capacita o incapacita a los periodistas
para comprender las realidades emergentes y la diversidad.
Comunicacion
para el desarrollo, una propuesta trasdisciplinaria.
Hoy los
medios cumplen un papel de enorme relevancia en la cultura. En un momento en
que todos los valores y las formas tradicionales parecen estar en crisis, los
medios remplazan a la educación formal, es decir, educan; los medios influyen
decisivamente en la política, es decir, gobiernan y también se erigen en jueces
de lo bueno y lo malo, es decir, moralizan. ¿Está mal esto? Digamos que es un
hecho. Por un lado podríamos decir que los medios masivos, precisamente por ser
masivos, no tienen la calidad requerida como para pretender moldear a las
personas, sino que les falta la artesanía que requiere cada persona como ser
único e irrepetible. Pero, por otra parte, en situaciones de crisis como esta,
los medios cumplen un papel más importante del que cumplirían si tuviéramos una
educación fuerte, una política fuerte o una cultura fuerte .Por eso, aunque lo
ideal no fuera que los medios educaran, gobernaran o moralizaran, al menos si
están en esa posición, que podamos exigirles mensajes claros, veraces y
promotores de la dignidad de la persona. Esto los engrandece más que lo que
podrían ellos solos.
De todas
maneras, si hoy tuviéramos que juzgar el contenido de este mensaje, creo que
nos encontraríamos, al menos, con un panorama desconcertante. Y, sobre todo,
con una enorme irresponsabilidad, que surge de haber descartado alegremente el
fin legítimo de los medios, para remplazarlos por otros no tan legítimos. Si
queremos ser profetas de la verdad debemos volver a remarcar el fin.Y además
saber que la enorme riqueza que tienen los medios de comunicación es que unen a
los hombres, son como un puente que se tiende entre los hombres para poder
caminar verdaderamente juntos. Y los medios de comunicación social son puentes
tendidos a todos los hombres de todo el mundo, en una historia que corre camino
a una globalización cada vez más pronunciada.
Si los medios, en lugar de unir, provocan conflictos, confunden y
dividen a los hombres, entonces no están cumpliendo su objetivo y habrá que
hacer una especie de revisión de toda su historia para ver cuándo es que hemos
perdido el rumbo y cómo podemos volver a recuperarlo.
Los
Medios pueden a veces reducir a los seres humanos a simples unidades de consumo,
o a grupos rivales de interés, o a manipulados espectadores, lectores y oyentes
considerados números de los que se obtiene un rendimiento, sea en ventas o en
apoyo político. Y todo ello destruye la comunidad. La tarea de la comunicación
es aunar a las personas y enriquecer sus vidas, no aislarlas ni explotarlas.
REFERENCIAS:
CASTELLS, Manuel (1998). La era de la información. Vol. 2. Madrid: Alianza
BRUNNER, José Joaquín y CATALÁN, Carlos (1995). Televisión: libertad, mercado y moral.
MURCIANO, Marcial (1992). Estructura
y dinámica de la comunicación internacional
SITIOS
WEB ESPECÍFICOS AL CARÁCTER ACADÉMICO:
JIhttp://www.nostresport.com/portada/Portada/muestraAtemporal.html?id=339
COMPLEJIDAD...http://www.acp-eucourier.info/es/content/paradoja-debilitamiento-de-los-medios-de-comunicaci%C3%B3n-period%C3%ADsticos-con-la-democracia-0
COMPLEJIDAD.http://www.eldiario.es/zonacritica/2012/05/11/la-prensa-diaria-se-debilita/
http://www.rnw.nl/espanol/article/la-complejidad-de-los-medios
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